Cómo tratar las hemorroides
Los tratamientos para las hemorroides se pueden dividir en tres grandes categorías:
- terapias preventivas y conservadoras
- tratamientos ambulatorios
- tratamientos quirúrgicos
La elección del tratamiento más adecuado depende de los síntomas y del estadio de la enfermedad.
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Tratamientos ambulatorios
Los tratamientos ambulatorios se utilizan en las primeras etapas de la enfermedad en caso de hemorroides internas y síntomas más evidentes.
Estos tratamientos actúan directamente sobre los tejidos de las hemorroides reduciendo el exceso de tejido con diversos mecanismos. Sin embargo, no suelen ser tratamientos resolutivos y requieren varias intervenciones. Los procedimientos ambulatorios más comunes son:
- Ligadura elástica: es uno de los procedimientos ambulatorios más usados. Esta técnica consiste en la ligadura de la base de la almohadilla hemorroidal con un pequeño elástico de goma. La almohadilla deja de recibir sangre y se necrosa, cayendo después de unos días, y el tejido en la base de las hemorroides cicatriza. Las posibles complicaciones incluyen molestias leves en la zona tratada que tienden a desaparecer espontáneamente, dolor inmediatamente después de la ligadura en caso de colocación incorrecta del elástico, sangrado y trombosis hemorroidal.
- Escleroterapia por inyección: consiste en la inyección de una sustancia química en la base de las hemorroides. La sustancia inyectada endurece los tejidos reduciendo el volumen de las almohadillas hemorroidales. Las complicaciones pueden incluir molestias en la zona anorrectal y sangrado leve los días posteriores al tratamiento.
- Crioterapia: mucho menos usada que la ligadura elástica y la escleroterapia. La crioterapia consiste en el uso de temperaturas muy bajas para destruir el tejido congestionado y favorecer la reducción de las almohadillas hemorroidales. Las posibles complicaciones son edemas, sangrado e infecciones tras el tratamiento.
También existen otros procedimientos ambulatorios menos utilizados que emplean tecnologías diferentes pero que comparten complicaciones similares y una alta tasa de recurrencia. - Fotocoagulación por infrarrojos: consiste en el uso de rayos infrarrojos para desencadenar un proceso de coagulación y reducir el flujo sanguíneo excesivo a las hemorroides. La almohadilla hemorroidal se necrosa y se forma una cicatriz en su base. Las posibles complicaciones incluyen dolor fuerte y sangrado. Además, hay pocos estudios clínicos disponibles sobre la efectividad del tratamiento y con seguimiento a corto plazo.
- Fotocoagulación con láser: consiste en el uso de rayos láser para detener el flujo excesivo de sangre a las hemorroides y una sonda doppler para identificar con precisión las arterias hemorroidales. Al igual que con la coagulación por infrarrojos, las posibles complicaciones son dolor y sangrado. Las evidencias clínicas sobre la eficacia del tratamiento son limitadas y con seguimientos cortos.
- Coagulación por radiofrecuencia: consiste en el uso de ondas de alta frecuencia para detener el flujo de sangre a las almohadillas y reducir su tamaño. Las posibles complicaciones son similares a las de la fotocoagulación con láser y con infrarrojos. Existen pocos estudios clínicos sobre la eficacia de la técnica.
- Electrocoagulación: consiste en causar la trombosis de los vasos que llevan sangre a las almohadillas hemorroidales para reducir su tamaño. Este tratamiento puede ser muy doloroso y causar sangrado abundante.
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Cuándo operar las hemorroides: tratamientos quirúrgicos
En las etapas avanzadas de la enfermedad, en presencia de síntomas como sangrado severo y prolapso, los procedimientos ambulatorios no permiten un tratamiento efectivo. Por lo tanto, en los grados III y IV de la enfermedad, es probable que el especialista dirija al paciente al tratamiento quirúrgico.
- Hemorroidectomía: Milligan-Morgan y Ferguson
La cirugía tradicional, llamada hemorroidectomía, consiste en extirpar las almohadillas hemorroidales internas y externas. Las técnicas quirúrgicas tradicionales más utilizadas son la técnica Milligan-Morgan y la técnica Ferguson.
En la técnica Milligan-Morgan, las heridas resultantes de la extirpación de las almohadillas hemorroidales se dejan abiertas para que cicatricen solas. En el método Ferguson, las heridas se cierran con una sutura continua.
Si se realizan bien, estos métodos suelen ser efectivos y resolutivos. Las complicaciones son raras, pero pueden ser graves e incluyen incontinencia fecal, hemorragia grave y estenosis anal.
Además, la hemorroidectomía, en particular la que se realiza con la técnica Milligan-Morgan, causa graves molestias en el posoperatorio y esto lleva a muchos pacientes a renunciar a la intervención. Esta complicación se debe a la presencia de heridas que, con el paso de las heces, se estiran y se irritan, causando un dolor intenso y punzante. - Hemorroidopexia con sutura mecánica
La hemorroidopexia con sutura mecánica fue uno de los primeros métodos quirúrgicos diseñados para resolver el problema del prolapso sin retirar las almohadillas hemorroidales.
Esta técnica implica el uso de un suturador circular para cortar una porción de la mucosa rectal y reposicionar las hemorroides en su posición original.
Aunque esta técnica no implica la extirpación de las almohadillas hemorroidales, puede presentar complicaciones, incluso muy graves, en un porcentaje significativo de casos. Las complicaciones más frecuentes son hemorragia posoperatoria, urgencia defecatoria, dolor recto-anal fuerte y persistente y, en algunos casos, perforación del recto. - Método THD® Doppler: cirugía mínimamente invasiva para las hemorroides
El método THD® Doppler es una de las técnicas quirúrgicas menos invasivas para el tratamiento de la enfermedad hemorroidal.
Este método no implica la extirpación de tejidos, sino solo la aplicación de puntos de sutura reabsorbibles internos en áreas con baja sensibilidad al dolor. Los puntos de sutura permiten reducir el flujo excesivo de sangre a las almohadillas hemorroidales y reposicionarlas en su ubicación natural.
El método se realiza con un proctoscopio específico equipado con una sonda Doppler especial. Gracias a la sonda Doppler, el cirujano localiza las ramas terminales de las arterias que llevan sangre a las almohadillas y las cierra mediante ligadura. En caso de prolapso, el cirujano realiza una pexia, es decir, el levantamiento del tejido a la posición original. Por eso, el método THD® Doppler también se conoce como desarterialización hemorroidal Doppler guiada con mucopexia.
Para obtener más información sobre las características y ventajas del método THD® Doppler, haga clic aquí.
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